¿Se puede morir de un ataque de ansiedad?

La ansiedad, aunque profundamente incómoda y a menudo aterradora, no es una causa de muerte. Esta afirmación es crucial para entender la naturaleza de los ataques de ansiedad, que, aunque puedan sentirse como una experiencia extrema y peligrosa, no tienen la capacidad de provocar daños físicos irreversibles en un cuerpo sano.

Un ataque de ansiedad no puede detener el corazón ni causar un infarto, ya que no genera obstrucciones arteriales ni daño directo al organismo. Sin embargo, la intensidad de los síntomas puede ser tan abrumadora que muchas personas los confunden con una emergencia médica. Por eso, comprender qué ocurre en el cuerpo durante un ataque de ansiedad es fundamental para desmitificar este fenómeno y buscar ayuda adecuada.

¿Qué sucede en el cuerpo durante un ataque de ansiedad?

Cuando se produce un ataque de ansiedad, el cuerpo responde como si enfrentara una amenaza real. Aunque esta reacción es completamente inofensiva en términos físicos, la intensidad de los síntomas puede resultar abrumadora. Comprender las respuestas fisiológicas detrás de estos episodios ayuda a reducir el miedo asociado.

La activación del sistema nervioso simpático

Durante un ataque de ansiedad, el sistema nervioso simpático —parte del sistema nervioso autónomo— se activa como si hubiera un peligro inminente. Este proceso desencadena una serie de respuestas automáticas, conocidas como la “respuesta de lucha o huida”:

  • Liberación de adrenalina y cortisol: Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial para preparar al cuerpo para reaccionar rápidamente.
  • Dilución de la sangre hacia músculos principales: Esto provoca que algunas personas sientan hormigueo en las extremidades o que noten un enfriamiento en las manos y pies.
  • Aumento en la frecuencia respiratoria: Esto genera hiperventilación, lo que puede causar mareo, visión borrosa o sensación de asfixia.

Síntomas físicos y su impacto percibido

Los síntomas físicos de un ataque de ansiedad no son peligrosos, pero su intensidad puede hacer que las personas los interpreten como señales de algo grave:

  • Palpitaciones y dolor en el pecho: Aunque inofensivos, estos síntomas suelen interpretarse como signos de un ataque al corazón, aumentando el miedo.
  • Tensión muscular: Muchas personas experimentan rigidez o dolor, especialmente en el cuello y los hombros.
  • Sensación de desmayo: La hiperventilación puede provocar una disminución de los niveles de dióxido de carbono en la sangre, causando mareo.

¿Por qué ocurre esta reacción sin un peligro real?

La ansiedad se desencadena cuando el cerebro interpreta una situación como peligrosa, aunque no lo sea. Esta “falsa alarma” activa el sistema de defensa de manera inapropiada. Por ejemplo, una preocupación cotidiana puede malinterpretarse como una amenaza grave, causando un ataque de ansiedad. En este artículo explicamos distintas técnicas para conseguir calmar un ataque de ansiedad.

¿Un ataque de ansiedad es peligroso?

Aunque un ataque de ansiedad no pone en riesgo la vida, su impacto no debe subestimarse. Más allá del episodio en sí, hay consideraciones importantes sobre los efectos a corto y largo plazo en la salud mental y física.

Riesgo de confusión con problemas médicos graves

Uno de los principales peligros de un ataque de ansiedad es su similitud con síntomas de afecciones médicas serias, como un ataque al corazón. Esta confusión puede llevar a las siguientes consecuencias:

  • Aumento de la angustia: La percepción de que “algo malo” está ocurriendo incrementa la intensidad de los síntomas.
  • Uso innecesario de servicios médicos de emergencia: Muchas personas acuden a urgencias durante un ataque de ansiedad, lo que puede generar frustración y preocupación si los resultados médicos confirman que no hay un problema físico.

Impacto psicológico de los ataques recurrentes

Vivir con ataques de ansiedad frecuentes tiene un impacto emocional significativo. En mi experiencia como psicóloga para la ansiedad en Barcelona, he podido comprobar que estos episodios no son peligrosos físicamente, pero pueden afectar profundamente la calidad de vida:

  • Miedo anticipatorio: La preocupación constante por sufrir otro ataque genera un círculo vicioso de ansiedad.
  • Limitación de actividades diarias: Algunas personas evitan ciertas situaciones o lugares por miedo a experimentar una crisis, lo que puede derivar en agorafobia.
  • Efectos acumulativos en la salud mental: Sin tratamiento, la ansiedad crónica puede evolucionar hacia depresión u otros trastornos psicológicos.

Consecuencias físicas a largo plazo

Aunque los ataques de ansiedad no dañan directamente el cuerpo, el estrés prolongado asociado con la ansiedad puede tener efectos secundarios a largo plazo:

  • Tensión muscular crónica: Puede provocar dolores persistentes, especialmente en la espalda y el cuello.
  • Aumento del riesgo de hipertensión: Aunque los episodios individuales no son peligrosos, el estrés constante puede contribuir a problemas cardiovasculares con el tiempo.
  • Alteraciones en el sistema inmunológico: El estrés prolongado debilita la capacidad del cuerpo para combatir enfermedades.

Diferencias entre un ataque de ansiedad y un ataque al corazón

La confusión entre un ataque de ansiedad y un ataque al corazón es una experiencia común. Ambas condiciones comparten síntomas como dolor en el pecho, dificultad para respirar y sudoración, lo que genera temor e incertidumbre en quienes los padecen.

  • Ataque de ansiedad: Los síntomas suelen incluir taquicardia, sensación de ahogo, sudoración excesiva, temblores y miedo a perder el control. Estos episodios, aunque intensos, no implican un riesgo físico directo para el corazón.
  • Ataque al corazón: Este se caracteriza por un dolor opresivo en el pecho que puede irradiarse al brazo izquierdo, mandíbula o espalda. Los síntomas suelen estar acompañados de náuseas, sudor frío y mareos. Este cuadro clínico requiere atención médica inmediata.

Comprender estas diferencias puede ayudar a quienes experimentan ansiedad a identificar con mayor claridad sus síntomas y a evitar entrar en un ciclo de miedo innecesario.

El impacto de la ansiedad en la calidad de vida

Vivir con un trastorno de ansiedad no tratado puede convertirse en un obstáculo significativo para disfrutar de la vida. En mi experiencia, muchas personas intentan aliviar sus síntomas consumiendo información tranquilizadora o minimizando sus crisis por su cuenta. Sin embargo, estas estrategias, aunque útiles a corto plazo, no abordan las raíces del problema.

La ansiedad prolongada afecta no solo el bienestar emocional, sino también las relaciones personales, el desempeño laboral y la salud física. Ignorar la ansiedad perpetúa el sufrimiento y puede llevar a una cronificación del trastorno, lo que dificulta aún más su tratamiento. Por ello, buscar apoyo profesional es un paso crucial para transformar esta experiencia en una oportunidad de crecimiento y bienestar. En Psicologia Montjuic Psicólogos Barcelona ofrecemos terapia online y presencial para solucionar los ataques de ansiedad y para que ésta desaparezca. No esperes más y consigue ayuda profesional.

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