¿Alguna vez te has preguntado qué es lo que piensa una persona con ansiedad? ¿Te has preguntado qué imágenes, sensaciones o pensamientos pasan por su mente cuando se siente ansiosa?
En este artículo, abordaremos una de las preguntas más comunes que se hacen las personas que sufren de ansiedad: ¿Qué es lo que piensa una persona con ansiedad? Si bien la ansiedad puede manifestarse de diferentes maneras, los pensamientos negativos y preocupantes son una característica común de la mayoría de los trastornos de ansiedad. En este artículo, exploraremos los diferentes tipos de pensamientos que pueden experimentar las personas con ansiedad y cómo estos pensamientos pueden afectar su vida diaria.
¿Qué tipos de pensamientos tienen las personas con ansiedad?
Los pensamientos de las personas con ansiedad pueden ser muy variados. Sin embargo, hay algunos tipos de pensamientos que son más comunes que otros.
Pensamientos catastróficos
Las personas con ansiedad suelen tener pensamientos catastróficos sobre lo que podría suceder. Por ejemplo, una persona con ansiedad social puede pensar “Si me equivoco en público, todo el mundo pensará que soy un idiota”.
Pensamientos de incontrolabilidad
Las personas con ansiedad también suelen tener pensamientos de incontrolabilidad. Por ejemplo, una persona con ansiedad generalizada puede pensar “No puedo controlar mis pensamientos ni mis sentimientos”.
Pensamientos de culpa o vergüenza
Las personas con ansiedad también pueden tener pensamientos de culpa o vergüenza. Por ejemplo, una persona con ansiedad por separación puede pensar “Soy un mal padre por no poder dejar a mi hijo solo”.
Pensamientos de anticipación
Las personas con ansiedad también pueden tener pensamientos de anticipación sobre situaciones que les causan ansiedad. Por ejemplo, una persona con ansiedad de hablar en público puede pensar “Voy a pasar un ridículo en mi presentación”.
¿Cómo afectan estos pensamientos a la ansiedad?
Los pensamientos de ansiedad pueden contribuir a la ansiedad de varias maneras.
En primer lugar, pueden aumentar la activación fisiológica. Cuando tenemos pensamientos negativos, nuestro cuerpo libera hormonas del estrés, como el cortisol. Estas hormonas pueden provocar síntomas físicos de ansiedad, como taquicardia, sudoración y temblores.
En segundo lugar, pueden distorsionar nuestra percepción de la realidad. Cuando pensamos que algo va a salir mal, es más probable que lo interpretemos como una señal de que algo malo va a suceder. Esto puede llevarnos a ver amenazas donde no las hay.
En tercer lugar, pueden dificultar la afrontamiento de situaciones difíciles. Cuando estamos ansiosos, es más difícil pensar con claridad y tomar decisiones. Esto puede dificultar la resolución de problemas y la gestión de situaciones difíciles.
Algunos ejemplos concretos de lo que piensa una persona con ansiedad
Las personas con ansiedad pueden tener una gran variedad de pensamientos negativos o irracionales. Según mi experiencia profesional en psicólogos Barcelona, algunos de los pensamientos más comunes son los siguientes:
- “Estoy enloqueciendo”
- “En cualquier momento voy a perder el control”
- “Tengo miedo”
- “¿Estaré enfermo?”
- “Quizá tengo una enfermedad fatal”
- “Tal vez ya no me quiere”
- “Me voy a quedar solo, nadie va a quererme”
- “¿Y si mi familia tiene un accidente?”
- “¿Perderé mi trabajo?”
- “¿Y si no puedo seguir pagando la casa?”
- “Fue un comentario sobre mí?”
- “O fue una broma?”
- “Apuesto a que no les intereso”
- “Mejor no hubiera ido a ese lugar”
- “Seguro no les gusto tanto”
- “Me va a abandonar”
- “Voy a fracasar esta vez”
- “Nada volverá a ser igual”
- “Esto será así para siempre”
- “Seguro están hablando mal de mí”
- “Nunca voy a terminar”
- “Esto va a terminar muy mal”
- “No lo voy a lograr”
- “Debí pedir perdón”
- “No debí decir eso”
- “No puedo más”
- “¡Voy a morir!”
Estos pensamientos pueden variar de una persona a otra y no todas las personas experimentan los mismos pensamientos. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estos pensamientos pueden ser muy intensos y pueden afectar la vida diaria de una persona. Los pensamientos de ansiedad pueden ser tan abrumadores que pueden interferir con el trabajo, la escuela y las relaciones personales.
¿Cómo afectan los pensamientos de ansiedad a la vida diaria?
Los pensamientos de ansiedad pueden afectar la vida diaria de una persona de muchas maneras. Por ejemplo, los pensamientos de ansiedad pueden hacer que una persona se sienta nerviosa y tensa todo el tiempo. También pueden hacer que una persona se sienta cansada y sin energía. Los pensamientos de ansiedad también pueden interferir con el sueño, lo que puede empeorar los síntomas de ansiedad.
Además, los pensamientos de ansiedad pueden afectar la forma en que una persona interactúa con los demás. Las personas con ansiedad pueden tener dificultades para relacionarse con los demás y pueden evitar situaciones sociales. También pueden tener dificultades para concentrarse en el trabajo o en la escuela.
¿Cómo se pueden manejar los pensamientos de ansiedad?
Si bien los pensamientos de ansiedad pueden ser muy intensos, hay formas de manejarlos. Una de las formas más efectivas de manejar los pensamientos de ansiedad es a través de la terapia cognitivo-conductual (TCC). La TCC es una forma de terapia que se enfoca en cambiar los patrones de pensamiento negativos y preocupantes que pueden contribuir a la ansiedad. La TCC también puede ayudar a las personas a aprender habilidades de afrontamiento para manejar la ansiedad.
Otra forma de manejar los pensamientos de ansiedad es a través de la meditación y la atención plena. La meditación y la atención plena son técnicas que pueden ayudar a las personas a reducir el estrés y la ansiedad. La meditación implica sentarse en silencio y concentrarse en la respiración o en un objeto específico. La atención plena implica prestar atención al momento presente y aceptar los pensamientos y sentimientos sin juzgarlos.
Además, hay algunas cosas que las personas pueden hacer para reducir los pensamientos de ansiedad en su vida diaria. Algunas de estas cosas incluyen:
- Hacer ejercicio regularmente
- Dormir lo suficiente
- Comer una dieta saludable
- Evitar la cafeína y el alcohol
- Tomarse un tiempo para relajarse y hacer actividades que disfruten
Ejercicios para luchar contra esos pensamientos
Hay varios ejercicios o prácticas que podemos hacer para desafiar los pensamientos de ansiedad.
Reconocimiento
El primer paso es reconocer los pensamientos de ansiedad cuando los tenemos. Una vez que los reconocemos, podemos empezar a desafiarlos.
Preguntas críticas
Podemos desafiar los pensamientos de ansiedad haciéndonos preguntas críticas. Por ejemplo, si estamos pensando “No puedo controlar mis pensamientos”, podemos preguntarnos “¿Hay alguna evidencia de que esto sea cierto?” o “¿Hay alguna otra forma de interpretar esta situación?”.
Reestructuración cognitiva
La reestructuración cognitiva es una técnica que nos ayuda a identificar y cambiar los pensamientos negativos. Esta técnica implica identificar los pensamientos negativos, evaluarlos de forma crítica y sustituirlos por pensamientos más positivos y realistas.
Exposición
La exposición es otra técnica que puede ser útil para desafiar los pensamientos de ansiedad. La exposición implica exponerse gradualmente a situaciones que nos causan ansiedad. Esto puede ayudarnos a aprender que no pasa nada malo cuando nos enfrentamos a estas situaciones.
Los pensamientos de ansiedad pueden ser una fuente importante de malestar para las personas con ansiedad. Sin embargo, hay varias cosas que podemos hacer para desafiar estos pensamientos y mejorar nuestro bienestar.
Si estás experimentando ansiedad, es importante que busques ayuda profesional. Un psicólogo puede ayudarte a identificar los pensamientos de ansiedad que contribuyen a tu ansiedad y a desarrollar estrategias para desafiarlos.

Sonia Contreras es Psicóloga General Sanitaria y Forense en el Centro de Psicología Montjuic (Col. 19075), donde destaca por su sólida experiencia de más de 15 años en el tratamiento de trastornos psicológicos en adultos y en la evaluación en contextos judiciales. Su enfoque integral y basado en técnicas como la terapia cognitivo-conductual le permite abordar trastornos de ansiedad, depresión y problemas de autoestima de forma personalizada y efectiva.
En el ámbito forense, Sonia es experta en evaluaciones psicológicas y peritajes para casos de divorcio, custodia, mediación familiar y conflictos laborales, participando como perito en tribunales con rigor y profesionalismo. Además, forma a nuevos profesionales como docente en los másteres de Psicología Forense de la Universidad de Barcelona y de Uruguay, consolidándose como una figura clave en su campo.