¿Te ha pasado alguna vez que te sientes mareado o mareada sin motivo aparente? ¿Sientes que te falta el aire, que te tiemblan las manos o que te sudan las palmas? ¿Te invade una sensación de pánico o de que algo malo va a pasar? Si has respondido que sí a alguna de estas preguntas, es posible que estés sufriendo de ansiedad.
La ansiedad es una reacción normal del cuerpo ante situaciones que percibimos como amenazantes o estresantes. Es una forma de prepararnos para afrontar el peligro o el desafío. Sin embargo, cuando la ansiedad se vuelve excesiva, frecuente o desproporcionada, puede convertirse en un problema que afecta a nuestra salud física y mental.
Uno de los síntomas más comunes y molestos de la ansiedad son los mareos. Los mareos son una sensación de inestabilidad, vértigo o desequilibrio que puede provocar náuseas, vómitos, palidez o pérdida de conciencia.
Los mareos pueden tener muchas causas, como problemas en el oído interno, la vista, la presión arterial, el azúcar en sangre o el consumo de ciertos medicamentos. Pero también pueden ser una manifestación de la ansiedad.
¿Por qué la ansiedad causa mareos?
Hay varias explicaciones posibles:
- La ansiedad provoca una hiperventilación, es decir, una respiración rápida y superficial que reduce el nivel de dióxido de carbono en la sangre. Esto altera el equilibrio del pH y el flujo sanguíneo al cerebro, lo que puede generar mareos.
- La ansiedad también activa el sistema nervioso simpático, que es el responsable de la respuesta de lucha o huida. Esto hace que se liberen hormonas como la adrenalina y el cortisol, que aumentan el ritmo cardíaco, la presión arterial y la tensión muscular. Estos cambios fisiológicos pueden afectar al equilibrio y al oído interno, lo que puede provocar mareos.
- La ansiedad también puede causar una distorsión de la percepción, que hace que interpretemos la realidad de forma negativa o catastrófica. Esto puede hacer que nos centremos en los síntomas físicos y que los amplifiquemos, lo que genera más ansiedad y más mareos. Es un círculo vicioso que se retroalimenta.
Visión borrosa por la ansiedad
De igual forma, a parte de los mareos, es bastante común que la ansiedad produzca visión borrosa. Al afectar al sistema nervioso, a la circulación sanguinea y a la percepción, es normal que veamos borroso, que aparezcan puntos negros en nuesta visión, o que no veamos bien a los lados, arriba o abajo de nuestro campo de visión.
No te preocupes, ya que este síntoma, al igual que el resto desaparecerá en unos minutos, tan pronto como la ansiedad vaya reduciéndoce, por lo que no debes preocuparte en exceso.
Cabeza embotada, vértigos cervicales y aturdimiento
Sentir la cabeza embotada o presión craneal, debilidad, vértigos cervicales, aturdimiento e inestabilidad al caminar son otros de los síntomas relacionados con los mareos por la ansiedad.
De la misma forma que la visión borrosa, pasarán al cabo de unos minutos ya que aparecen por las mismas razones mencionadas anteriormente.
¿Puedo llegar a desmayarme por el mareo de un ataque de ansiedad?
Es muy improbable que llegues a desmayarte por un ataque de ansiedad, aunque sí puedes experimentar la sensación de estar cerca de hacerlo. Esto se debe a que la ansiedad puede causar una respiración rápida y superficial, que modifica el flujo de oxígeno al cerebro y origina mareos.
También puede estimular el sistema nervioso simpático, que prepara al cuerpo para afrontar una amenaza y genera cambios en la presión arterial, el ritmo cardíaco y la tensión muscular. Estos factores pueden influir en el equilibrio y el oído interno, que son los encargados de mantener la estabilidad.
Los desvanecimientos por ansiedad son muy escasos, y sólo suceden cuando el cerebro no recibe suficiente oxígeno por una reducción de la presión arterial y de la frecuencia cardíaca. Esto se llama síncope vasovagal, y suele ser una reacción excesiva del sistema nervioso autónomo ante situaciones muy estresantes o traumáticas.
El desvanecimiento es una forma de proteger al organismo de un posible daño, ya que al perder el conocimiento se relajan los músculos y se recupera el flujo sanguíneo al cerebro.
Si sientes que te vas a desvanecer por ansiedad, lo mejor es que intentes respirar de forma lenta, profunda y abdominal, para regular el nivel de dióxido de carbono en la sangre y relajar el cuerpo y la mente. También puedes beber agua, comer algo, sentarte o tumbarte, y buscar un lugar tranquilo y seguro donde puedas tranquilizarte.
¿Cómo prevenir los mareos por ansiedad?
Los mareos por ansiedad pueden ser muy angustiantes y limitantes, ya que pueden interferir con nuestra vida cotidiana, laboral o social. Por eso, es importante saber cómo controlarlos y prevenirlos. A continuación, te damos algunos consejos que te pueden ayudar:
- Respira de forma adecuada. Cuando sientas que te mareas, trata de respirar de forma lenta, profunda y abdominal. Inspira por la nariz y espira por la boca, contando hasta cuatro en cada fase. Esto te ayudará a regular el nivel de dióxido de carbono en la sangre y a relajar el cuerpo y la mente.
- Bebe agua y come bien. La deshidratación y el ayuno pueden favorecer los mareos, así que procura beber al menos dos litros de agua al día y comer de forma equilibrada y variada. Evita el alcohol, el tabaco, el café y otras sustancias que puedan alterar tu sistema nervioso o tu presión arterial.
- Haz ejercicio físico moderado. El ejercicio físico te ayudará a liberar endorfinas, que son las hormonas del bienestar, y a mejorar tu circulación y tu oxigenación. Además, te permitirá distraerte de tus preocupaciones y mejorar tu autoestima y tu confianza. Elige una actividad que te guste y que se adapte a tu nivel, como caminar, nadar, bailar o hacer yoga.
- Practica técnicas de relajación. La relajación es una herramienta muy útil para reducir la ansiedad y los mareos. Puedes practicar diferentes técnicas, como la relajación muscular progresiva, la meditación, el mindfulness o la visualización positiva. Lo ideal es que dediques unos minutos al día a relajarte, preferiblemente en un lugar tranquilo y cómodo.
- Enfrenta tus miedos. Los mareos por ansiedad suelen estar relacionados con situaciones que nos generan temor o inseguridad, como hablar en público, viajar en avión, estar en lugares con mucha gente o hacer una prueba importante. Si evitamos estas situaciones, estamos reforzando nuestra ansiedad y nuestra sensación de incapacidad. Por eso, es conveniente que nos enfrentemos a nuestros miedos de forma gradual y controlada, con ayuda de un profesional si es necesario. Así, podremos comprobar que somos capaces de superarlos y que los mareos no son tan graves ni tan frecuentes como pensamos.
- Busca apoyo profesional. Si los mareos por ansiedad son muy intensos, frecuentes o persistentes, y afectan a tu calidad de vida, es recomendable que consultes con un psicólogo o un psiquiatra. Estos profesionales te pueden ofrecer un diagnóstico adecuado, descartar otras posibles causas médicas y proponerte un tratamiento personalizado, que puede incluir terapia psicológica para la ansiedad, medicación o una combinación de ambas. La terapia psicológica te ayudará a identificar y modificar los pensamientos, las emociones y las conductas que mantienen tu ansiedad y tus mareos. La medicación te ayudará a aliviar los síntomas físicos y a facilitar el proceso terapéutico.
Los mareos por ansiedad son un problema que tiene solución. No tienes que resignarte a vivir con ellos ni dejar que te impidan disfrutar de tu vida. Con estos consejos y con el apoyo adecuado, podrás aprender a controlarlos y a prevenirlos.
Recuerda que tú tienes el poder de cambiar tu situación y de mejorar tu bienestar. ¿A qué esperas para empezar?