Comer por ansiedad

¿Comes para calmar tu ansiedad?

¿A quién no le ha pasado por la cabeza, en un día lleno de estrés y ansiedad, relajarse comiendo algo que te guste? Quizás «pedir un Glovo» ha sido la solución, quizás atiborrarte de dulces… esto termina generando todavía más ansiedad a la larga.

La comida como fuente de placer

En la antigüedad, la comida era una fuente de supervivencia. Los cromañones y otros homínidos dependían de la caza y la recolección para alimentarse. Cuando encontraban comida, se sentían felices y aliviados. La comida les daba la energía que necesitaban para sobrevivir y les proporcionaba un momento de descanso de las preocupaciones de la vida diaria.

La comida como mecanismo de defensa

La comida también podía ser un mecanismo de defensa contra el estrés. Cuando los cromañones se sentían ansiosos o amenazados, podían recurrir a la comida para sentirse mejor. La comida liberaba dopamina, una hormona que produce sensaciones de placer y recompensa. Esto ayudaba a los cromañones a reducir su ansiedad y a sentirse más seguros.

La comida y la relajación

A nivel bioquímico, la digestión provoca una vasodilatación en el estómago. Esto significa que los vasos sanguíneos se dilatan, lo que permite que fluya más sangre al estómago. Esta vasodilatación reduce el flujo sanguíneo a otras partes del cuerpo, como los brazos, las piernas y el cerebro. Esto puede provocar una sensación de relajación.

La frase “no puedo ni moverme”

Esta frase refleja la sensación de relajación que se experimenta después de comer. Cuando nos sentimos llenos, nos cuesta más movernos. Esto se debe a la vasodilatación que se produce en el estómago durante la digestión.

En 2024, aunque la mayor parte de las personas tengamos cubierta la alimentación, cuando sentimos ansiedad por otros motivos, tendemos a utilizar la comida como mecanismo de manejo de ansiedad.

Relación entre comer y ansiedad

La ansiedad y la alimentación están relacionadas. La ansiedad es una respuesta natural al estrés, y puede provocar cambios en el apetito.

En algunas personas, la ansiedad puede provocar un aumento del apetito. Esto se debe a que la ansiedad puede provocar la liberación de cortisol, una hormona que aumenta el apetito. El cortisol puede hacer que nos sintamos cansados, estresados y con hambre.

En otras personas, la ansiedad puede provocar una disminución del apetito. Esto se debe a que la ansiedad puede provocar la liberación de otras hormonas, como la adrenalina y la noradrenalina, que pueden suprimir el apetito. La adrenalina y la noradrenalina pueden hacer que nos sintamos nerviosos, agitados y con náuseas.

Además de los cambios en el apetito, la ansiedad también puede provocar otros cambios en la conducta alimentaria, como:

  • Comer alimentos ricos en azúcares o grasas, que pueden proporcionar un alivio temporal de la ansiedad. Estos alimentos pueden aumentar los niveles de dopamina, una hormona que nos hace sentir bien.
  • Comer en exceso cuando se está solo o se está aburrido. La ansiedad puede hacer que nos sintamos aislados y solos. Comer puede ser una forma de sentirse mejor.
  • Evitar comer en público o con otras personas. La ansiedad puede hacer que nos sintamos incómodos en situaciones sociales.

Como controlar la ansiedad por comer

¿Estás teletrabajando, viendo tu serie favorita o haciendo cualquier otra actividad en casa y no puedes evitar los viajes a la nevera? Aquí tienes algunas ideas para controlar la ansiedad por comer

En múltiples ocasiones y a un gran porcentaje de la población nos apetece comer por comer, casi sin ganas, en ocasiones por aburrimiento, por nervios o agobio, como recompensa por el trabajo realizado, por lo que hemos aguantado durante el día o semana.

Estas ganas irrefrenables e intensas en ocasiones nos generan problemas en nuestra alimentación. Nuestro peso adecuado se ve afectado, en ocasiones nuestra imagen se altera y nos genera más frustración.

¿Cuáles son los mecanismos para controlar las ganas de comer en horas inadecuadas y/o de alimentos inadecuados?

Plan de acción: como controlar la ansiedad por comer:

  • Organiza una comida equilibrada, muchos nutricionistas recomiendan 5 comidas al día. Si haces cinco comidas es más difícil que hagas caso a esos impulsos inadecuados.
  • En caso de realizar una comida más, busca que sea sana y ligera. Zanahoria, cortada, un café, una manzana…
  • Si no sabes que hacer y por este motivo vas a la nevera, date un paseo, realiza una actividad en casa, llama por teléfono a alguien. Estas actividades sustitutivas a ese impulso indeseable te ayudara a tener más opciones de conseguir manejarlo.
  • Lávate los dientes después de la cena, si lo haces antes de ponerte a ver la tele tienes otro motivo para no picotear por las noches.
  • Maneja tu ansiedad, el deporte, el ocio, acudir a terapia ayuda a conseguir este objetivo, el principal motivo que hace que una persona coma de forma impulsiva es la ansiedad acumulada en diferentes entornos. La noche el horario más frecuente. En ocasiones la mejor forma de manejar la ansiedad y las ganas repentinas por comer se solucionan muy bien en terapia.
  • Recompensa tus avances, regálate un buen baño, un viaje, una pulsera por conseguir tus logros por mantener una alimentación adecuada.

Esperamos que estos pequeños consejos os ayuden a mejorar de forma sana vuestro control alimentario.

Si quieres aprender más sobre qué es la ansiedad, sus síntomas, las causas, su evolución o los tipos de tratamiento que existen, te aconsejo que veas nuestra página escrita por Katia, una psicóloga con experiencia en el tratamiento de la ansiedad. Se trata de un artículo completísimo en el que se responde a la mayoría de dudas que se puedan tener sobre la ansiedad.

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