¿Alguna vez te has sentido como si estuvieras constantemente rodeado de pensamientos negativos? ¿Te preocupas por el futuro, te sientes culpable por el pasado o te comparas con los demás? Si es así, no estás solo.
Los pensamientos negativos son una parte normal de la vida, pero cuando se vuelven demasiado frecuentes o intensos, pueden tener un impacto negativo en nuestra salud mental y nuestro bienestar.
En este artículo, vamos a hablar de las causas de los pensamientos negativos, cómo identificarlos y cómo podemos empezar a gestionarlos.
¿Qué son los pensamientos negativos?
Los pensamientos negativos son pensamientos que nos hacen sentir mal con nosotros mismos, con los demás o con el mundo que nos rodea. Pueden ser pensamientos sobre el pasado, el presente o el futuro.
Algunos ejemplos de pensamientos negativos son:
- “No soy lo suficientemente bueno.”
- “Nadie me quiere.”
- “El mundo es un lugar terrible.”
¿Por qué tenemos pensamientos negativos?
Hay muchas causas posibles de los pensamientos negativos. Algunas de las más comunes son:
- Experiencias negativas del pasado: Las experiencias negativas, como el trauma, el abuso o el abandono, pueden contribuir al desarrollo de pensamientos negativos.
- Estilos de pensamiento negativos: Las personas que tienen estilos de pensamiento negativos, como la tendencia a exagerar los problemas o a culparse a sí mismas, son más propensas a tener pensamientos negativos.
- Baja autoestima: Las personas con baja autoestima son más propensas a tener pensamientos negativos sobre sí mismas.
- Trastornos de salud mental: Algunos trastornos de salud mental, como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático, pueden causar pensamientos negativos.
¿Cómo identificar los pensamientos negativos?
Los pensamientos negativos pueden ser difíciles de identificar, ya que a menudo se presentan como verdades absolutas. Sin embargo, hay algunas cosas que podemos hacer para identificarlos:
- Presta atención a tus emociones: Los pensamientos negativos suelen estar asociados a emociones negativas, como la tristeza, la ansiedad o la ira.
- Observa tu lenguaje corporal: El lenguaje corporal también puede ser una señal de pensamientos negativos. Por ejemplo, si te sientes nervioso o ansioso, es posible que te estés encorvando o que estés evitando el contacto visual.
- Pregúntate si tus pensamientos son realistas: Los pensamientos negativos suelen ser exagerados o poco realistas. Pregúntate si realmente hay pruebas que apoyen tus pensamientos.
Cómo gestionar los pensamientos negativos
Una vez que hayas identificado tus pensamientos negativos, hay algunas cosas que puedes hacer para gestionarlos:
- Acepta tus pensamientos: Lo primero que debes hacer es aceptar que tienes pensamientos negativos. No trates de reprimirlos o de negarlos.
- Cuestiona tus pensamientos: Pregúntate si tus pensamientos son realistas o si hay otra forma de verlos.
- Céntrate en el presente: En lugar de preocuparte por el pasado o el futuro, céntrate en el presente.
- Crea una rutina de autocuidado: El autocuidado, como hacer ejercicio, dormir lo suficiente y pasar tiempo con las personas que te importan, puede ayudarte a sentirte mejor contigo mismo y a reducir los pensamientos negativos.
Si necesitas ayuda
Si tus pensamientos negativos te están causando problemas en tu vida cotidiana, es importante buscar ayuda profesional. Un psicólogo puede ayudarte a identificar las causas de tus pensamientos negativos y a desarrollar estrategias para gestionarlos.
¿Y tú?
¿Tienes pensamientos negativos? ¿Qué haces para gestionarlos? Deja tu comentario, puede ayudar a otras personas que estén en tu misma situación.
Sílvia Sumell Canalda es Psicóloga General Sanitaria (Colegiada 13350) con una trayectoria de más de 20 años en el ámbito de la psicología clínica. Licenciada por la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y especializada en Psicología Clínica, Sílvia ha dedicado su carrera a ayudar a adultos, parejas y familias a enfrentar problemas emocionales, mejorar sus relaciones y fomentar un entorno familiar saludable. Su enfoque principal es la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), eficaz para tratar trastornos como ansiedad, depresión, estrés postraumático, TOC y problemas de personalidad.
Desde 2010, Sílvia colabora con el Institut Neurològic de la Memòria, donde ha adquirido amplia experiencia en neuropsicología, trabajando junto al Dr. Domènec Gil Saladié en la evaluación y tratamiento de pacientes con trastornos neurológicos complejos. Además de su labor clínica, Sílvia participa activamente en el ámbito educativo como tutora de estudiantes en prácticas y colaboradora en la UOC, y en medios de comunicación, incluyendo artículos en La Vanguardia. Su enfoque en Psicología Montjuïc combina empatía, psicoeducación y técnicas prácticas para empoderar a sus pacientes, promoviendo su autonomía emocional y bienestar.