En ocasiones, los niños pueden llegar a hacerse muy pesados o repetitivos. Algunos, incluso parece que necesitan atención constante y tu no puedes estar todo el tiempo por él o por ellos y, poco a poco, vas decidiendo de forma consciente o inconsciente, empezar a ignorarlos. Hasta cierto punto, algo comprensible. ¡Pero cuidado!
Ignorar a un niño puede tener consecuencias negativas para su desarrollo emocional y social. Los niños necesitan atención y afecto de sus cuidadores para sentirse seguros, amados y aceptados.
La falta de atención a las necesidades emocionales de un niño puede generar sentimientos de invisibilidad, inseguridad y afectar su autoestima. Ignorar a un niño en situaciones donde busca seguridad y afecto, como cuando llora, grita o se separa de sus padres, puede activar mecanismos de supervivencia y afectar su desarrollo emocional. Es importante brindar apoyo, comprensión y atención a los niños para satisfacer sus necesidades emocionales y fomentar un desarrollo saludable
Cuando se les ignora, pueden sentir que no son importantes o que no valen la pena. Esto puede provocar una serie de problemas, como:
- Baja autoestima: Los niños que se sienten ignorados pueden tener una baja autoestima. Pueden creer que no son lo suficientemente buenos o que no merecen la atención de los demás.
- Ansiedad y depresión: El ignorar a los niños puede aumentar el riesgo de ansiedad y depresión. Los niños pueden sentirse aislados y solos, lo que puede conducir a problemas de salud mental que les obligue a visitar al psicólogo infantil.
- Problemas de comportamiento: Los niños que se sienten ignorados pueden tener problemas de comportamiento. Pueden ser más propensos a la agresión, la rebeldía o la retirada social.
Además de estos problemas emocionales y sociales, el ignorar a un niño también puede tener consecuencias físicas. Los niños que se sienten ignorados pueden tener más problemas de salud, como problemas de sueño, problemas gastrointestinales o problemas inmunológicos.
Es importante que los padres y cuidadores presten atención a las necesidades de sus hijos. Cuando los niños se sienten ignorados, es importante hablar con ellos y explicarles por qué se les está ignorando. También es importante encontrar formas de darles la atención que necesitan, como pasar tiempo con ellos, escucharlos y darles su apoyo.
¿Y como padre o madre, qué debo hacer?
Aunque es entendible que a veces resulte difícil estar atentos a ellos todo el tiempo, es importante hacer el esfuerzo. Algunas técnicas para evitar que tus hijos sufran los problemas anteriormente mencionados son los siguientes:
- Presta atención a sus señales: Los niños pueden expresar su necesidad de atención de diversas maneras, como llorando, gritando, haciendo preguntas o buscando contacto físico. Es importante prestar atención a estas señales y responderlas de manera apropiada.
- Pasa tiempo de calidad con tus hijos: El tiempo de calidad es el que se pasa con los hijos de forma atenta y participativa. Es importante encontrar momentos para pasar tiempo de calidad con sus hijos, ya sea jugando, leyendo, hablando o simplemente estando juntos.
- Escucha a tus hijos: Los niños necesitan que los escuchen con atención. Cuando sus hijos hablen, haz una pausa para escuchar lo que tienen que decir. No los interrumpas y no les des consejos sin que te los pidan.
- Acepta a tus hijos tal como son: Los niños necesitan que sus padres los acepten tal como son. No los compares con otros niños y no les pongas expectativas imposibles.
Siguiendo estas técnicas, puedes ayudar a tus hijos a sentirse amados, aceptados y valorados. Otros consejos prácticos serían:
- Fomenta la educación en valores como el respeto, la tolerancia y la igualdad. Enséñales a pensar, sentir y actuar de manera inclusiva.
- Ayuda a los niños a entender qué es lo que les resulta difícil en situaciones sociales y a encontrar soluciones para superar esos obstáculos.
- Practica situaciones sociales con ellos en casa para que se sientan más cómodos en situaciones reales.
- Anima a los niños a hacer amigos y a participar en actividades grupales.
- Celebra los logros de los niños y hazles saber que son valiosos y apreciados.
¿Y si no puedo prestarle atención todo el tiempo?
Es comprensible que no puedas prestar atención a tus hijos todo el tiempo. Todos tenemos nuestras propias necesidades y responsabilidades. Sin embargo, es importante encontrar formas de darles la atención que necesitan, incluso si no es todo el tiempo.
Aquí hay algunos consejos:
- Establece límites: Es importante establecer límites claros con tus hijos sobre cuándo pueden esperar tu atención. Esto les ayudará a aprender a esperar su turno y a respetar su tiempo.
- Planifica momentos de atención: Es importante planificar momentos específicos para pasar tiempo con sus hijos. Esto les ayudará a saber que están en tu agenda y que su atención es importante para ti.
- Sé consciente de sus señales: Estate atento a las señales de tus hijos de que necesitan atención. Esto podría ser algo tan simple como mirarlos o llamarlos por su nombre.
- Respón de manera apropiada: Cuando respondas a las señales de sus hijos, asegúrese de hacerlo de manera apropiada. Esto significa escucharlos con atención, responder a sus preguntas y ofrecerles apoyo.
También es importante recordar que la atención no siempre tiene que ser algo grande. Incluso pequeñas acciones pueden hacer una gran diferencia. Por ejemplo, puedes:
- Darles un abrazo.
- Leerles un cuento antes de dormir.
- Jugar con ellos durante 30 minutos al día.
- Hablar con ellos sobre su día.
Incluso si no puedes prestar atención a tus hijos todo el tiempo, es importante que encuentren formas de darles la atención que necesitan. Esto les ayudará a sentirse amados, aceptados y valorados.

Anna Canals Francès es Psicóloga General Sanitaria (Colegiada 16338) con 17 años de experiencia en el diagnóstico, tratamiento y reeducación psicopedagógica de niños y adolescentes con dificultades de aprendizaje. Licenciada en Psicología por la Universidad de Barcelona, se ha especializado en el ámbito infantil-juvenil, abordando trastornos como TDAH, dislexia y otros problemas de aprendizaje. Su formación incluye un Máster en Psicopatología Clínica Infanto-Juvenil por la Universidad Autónoma de Barcelona, con prácticas en el Hospital Sant Joan de Déu, donde trabajó en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del espectro autista.
Además, Anna ha ampliado su enfoque integrador con un Máster en Coaching Educativo y formación en neuro-rehabilitación en el Institut Guttmann, lo cual le permite ofrecer un apoyo completo tanto en el ámbito psicológico como educativo. Comprometida con el aprendizaje continuo, participa regularmente en jornadas especializadas, manteniéndose actualizada en los últimos avances en el diagnóstico y tratamiento de trastornos del desarrollo infantil.